lunes, 6 de marzo de 2017

UNA BREVE OPINIÓN SOBRE EL CURRÍCULO ESCOLAR PERUANO Y LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO


Recientemente, el Perú ha sido escenario de una serie de manifestaciones en contra del currículo escolar que el Estado peruano ha implementado este año. Las manifestaciones están en contra de algunas cuestiones que este nuevo currículo plantea. La frase del citado currículo, que ha sido la más cuestionada, refiere:

"Todas las personas, independientemente de su identidad de género, tienen el mismo potencial para aprender y desarrollarse plenamente. La Igualdad de Género se refiere a la igual valoración de los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades de mujeres y varones. En una situación de igualdad real, los derechos, deberes y oportunidades de las personas no dependen de su identidad de género, y por lo tanto, todos tienen las mismas condiciones y posibilidades para ejercer sus derechos, así como para ampliar sus capacidades y oportunidades de desarrollo personal, contribuyendo al desarrollo social y beneficiándose de sus resultados." (Currículo Nacional de Educación Básica, pág. 16, disponible: http://www.minedu.gob.pe/curriculo/)

De un lado, quienes se encuentran contra estas disposiciones del currículo, (básicamente sectores de corte religioso y conservador agrupados en el movimiento “con mis hijos no te metas”), afirman que las disposiciones antes transcritas contienen ideología de género y por tanto deben ser rechazadas. Por una serie de cuestiones muy variadas; pero que voy a resumir solo en dos, en función de su importancia: a) la cuestión natural: el ser humano nace o hombre o mujer; y, b) la cuestión de protección de la niñez: permitir que estas disposiciones se apliquen y se difundan a los niños puede generarles confusión y distorsionar su natural desarrollo sexual.

De otro lado, el Estado representado por la ministra Marilú Martens (Ministra de Educación), refiere que no existe la ideología de género y que en todo caso lo que hace el currículo escolar, es promover la igualdad y el respeto.

Mi opinión al respecto, es, absolutamente contraria al movimiento “con mis hijos no te metas”; y es, solo, en alguna medida (la terminológica), irrelevantemente, contraria a la Ministra de educación. Mis fundamentos son los siguientes.: 1) Es falso, que solo exista el sexo masculino y femenino, o hombre o mujer. Desde hace cientos de años, la naturaleza nos ha mostrado, que existen personas que biológicamente nacen con un pene y una vagina a la vez (son los mal llamados hermafroditas); es decir, tienen ambos órganos sexuales. ¿son hombres o mujeres? Pues ni uno de otro, son seres humanos igualmente y por tanto su reconocimiento y respeto es necesario. No entro al debate sobre la homosexualidad, porque me parece que este ejemplo desmonta ese arcaísmo rígido: hombre y mujer. 2) Pensar que los niños, no entiendan que respetar a las personas independientemente de su género o sexo, es también una cuestión que refleja el estatus de los niños en nuestra sociedad. Los niños son considerados como incapaces. Son considerados como tontos, como seres cuya opinión no cuenta. Yo tengo una visión optimista y pienso que los niños podrían entender fácilmente algo tan básico como el respeto. Tal como está formulado el currículo, no implanta una forma de concebir el mundo o una explicación en defensa de determinada orientación sexual; sino, simplemente el respeto y la igualdad independientemente de cualquier característica y eso lo puede entender un niño. 3) Tampoco estoy totalmente de acuerdo con la ministra Marilú Martens cuando dice rotundamente, que no existe la ideología de género en el currículo. Estoy de acuerdo, con que no existe la defensa de la ideología de género, pero sí el uso de un término ideológico. El término género tuvo su origen en la segunda mitad del siglo XX, en el seno del movimiento feminista, y en todas sus variantes y formas de estudiarlo y explicarlo, como la perspectiva de género y la ideología de género. Es una construcción teórica (género), definitivamente creada y usada por el feminismo para poder sustentar sus demás tesis. Por tanto, existe el uso de un término ideológico que permite resaltar que existe un determinado sector vulnerado (he ahí la justificación de su uso); pero no la defensa de la ideología respectiva. En el currículo escolar, no hay la defensa del feminismo o de una determina opción sexual. Esto es muy importante de tener en cuenta. Usar un término o una categoría ideológica no es algo negativo, si se hace en las condiciones adecuadas y con la suficiente apertura y diversificación. Veamos, por ejemplo: el Estado peruano actual, como tal, es una mixtura ideológica, donde predomina una respecto de otra: el liberalismo sobre el socialismo. La ideología está en todos lados. La religión católica está en las escuelas. Yo recuerdo, que en la escuela, me enseñaron un curso de religión, donde no enseñaban una pluralidad o diversidad de religiones, sino solo la católica. ¿Es eso neutro? ¿Acaso eso no es ideológico? Los términos igualdad y libertad, también son ideológicos, pero obviamente, los hemos asumido como válidos sin abrazar un liberalismo extremo o el comunismo. Creo que existe un límite para el uso de los términos, existe un punto, en el cual se puede convertir en un uso hacia la defensa y parcialización de determinada ideología (como pasó y sigue pasando en las escuelas con la religión católica, cristiana), que en mi opinión no sucede con el currículo escolar. En el currículo, no hay una defensa del feminismo ni de alguna orientación sexual tendiente a incentivarla. Lo que hay es una defensa de la igualdad basándose en el uso de una categoría ideológica muy útil, como es el género, para resaltar y proteger un sector poblacional vulnerado, marginado, objeto de bullying, etc. Es por eso, que, no veo una defensa ideológica parcializada del Estado en relación con la ideología de género; pero sí lo veo en el caso de la religión católica.

Llegado a este punto, quisiera brindar otro argumento, que me parece el más importante y que está vinculado a la defensa de los derechos: no se puede desconocer que en la realidad, existen personas cuyo sexo o género, escapa a la tradicional clasificación hombre y mujer. Existen otras variantes, algunas biológica o socialmente condicionadas. Aquí, lo importante no es discutir si es algo biológico o social o de decisión individual, aquí lo importante es tener en cuenta que, independientemente de las posiciones religiosas o científicas que cada uno pueda tener, esas personas existen, y que son discriminados, perseguidos e invisibilizados. Y su existencia no se puede negar. La labor del Estado frente a esta problemática, es protegerlos, implementar políticas que ayuden a su inclusión y al mismo goce de derechos como cualquier otro ciudadano. Ahí descansa la finalidad del Estado: la dignidad de la persona humana. Por eso, me parece conveniente el enfoque de género, si permite un mayor respeto de los derechos y una defensa específica de un grupo poblacional existente y vulnerable como las mujeres y los LGTBI. Abracemos la defensa de los derechos, la democracia, y sobre todo, hoy más que nunca, la defensa de la laicidad.

1 comentario:

VincenzoSerpico dijo...

Hola, vi tu comentario hacia el Profesor Teodulo Jenaro Stos Cruz, convengo contigo,y hasta a veces me perdonó varias, saludos Osvaldo, me enseñó del 91 al 98 aprox.