lunes, 23 de septiembre de 2019

La noche y el mar


Como aquella noche
Que anduvimos caminando
Sintiendo el rugido espumoso
Y leve del mar

Como aquella noche
donde pronto nos trepó un miedo inexplicable
Así tengo miedo ahora.
Una sensación gélida me recorre
Creyendo que te has perdido.

Por eso extiendo mis manos
A ver si te guían en las sombras
Pero estás muy lejos.
Estoy buscándote, tanteando entre recuerdos.
Sé que te has perdido.
Por eso insisto y aquí me quedo.

Tú eres la mujer de los bellos días
Es tu belleza la que endulzaba mi vida
Fueron tus manos las que me guiaron.
Sé que hay mucha niebla
Que muchas cosas pasaron
Y que ha llovido sobre nosotros
Pero aquí me quedo.

Aquí estoy con el pecho descubierto
Para que desde donde estés
Veas todo mi amor
Y me reconozcas.
He abierto mi cuerpo
Para que veas el incendio
La luz que una vez nos envolvió.
He abierto mi mente
Para que escuches los recuerdos
Para que sientas mi voz
Caminando en tu cuello.
He abierto todos los candados
Y todas las puertas y todas las verdades
Para que llegues, para que no te pierdas
Para que sepas, para que creas
Que hay una playa, un rincón en el norte
Donde aún podemos olvidarnos del mundo.

Tal vez esta noche no encuentras mis manos
Pero mañana busca mi alma.
Desde este puñado de letras
Te ayudo a descifrar el destino
Te ayudo a seguir los recuerdos
Y las intuiciones.

Esta noche déjame insistir.
Sé que ese bus
Llamado felicidad nos ha dejado
Y esta vez lo perdimos por mi culpa
Pero dame la oportunidad de buscar otro
Y te juro que esta vez caminaremos
por la orilla del mar sin miedo de perdernos.




miércoles, 18 de septiembre de 2019

Lo gris y el tiempo

Tengo esa sensación
dentro de mí y fuera de mí
hay un aire metafísico debilitado
un querer que no está
un vacío que se expande
mi cuerpo vulnerable
tiene llagas y el aire
lo lastima.

Agacho la cabeza
y sigo sin creer en el mundo
o mejor dicho sigo sin entender
o mejor dicho entiendo
pero no lo acepto
¿ahí está el problema?

Camino y vuelvo a caminar
siento no esa soledad
libre sino esa soledad obligada
soledad gris
un paraguas negro se levanta
y la lluvia no es la misma
porque ya no la quiero

Silencio, escucho mucho silencio
mi corazón murmura que hay gritos.
una calle triste pasa cubierta de niebla
y ya no me veo en ella
solo hay una sensación de vacío
que me atrapa y siento

siento frío, una enorme sensación
que me succiona hacia dentro
un desvarío imperceptible
un olor a muerte se alza
desde árboles que arden
un río congelado escupe peces vivos
peces grises
hay raíces retorcidas y llenas de gusanos

hay al final solo una sensación
de que el tiempo sigue avanzando
con desdén con frialdad
con crudeza, con deslealtad
nadie importa para esa rueda
estúpida rueda que gira sin cesar

me detengo aquí, hasta aquí llegamos
aunque todos siguen
quiero volver y sentir que al menos
nuestras vidas explican algo.
Lloro como un niño, como un viejo
que son conscientes del amor
y la amistad que perdieron,
pero la vida sigue, sin cesar.



lunes, 13 de mayo de 2019

a veces necesito ascender

En memoria tuya escribo. Porque como tu padre, sé que fuiste del mar y en él estás. Llevo latente una marca con el nombre que nunca te di. Cada día es un nuevo descubrir, un nuevo sentir tu ausencia y experimentar que el dolor tiene distintos colores. Las cosas pasaron de ese modo pero ojalá nunca hubieran pasado así, y no lo digo por mi dolor, si no porque hubiera sido maravilloso verte crecer y poder experimentar la potencialidad de vida que llevabas en ti, pero así es la vida, dura, crudelísima. Nos equivocamos, me equivoqué, nunca debí dejarte sola, nunca debí ser tan egoísta. Ahora me ves desde algún lado, desde algún sitio, desde alguna materia, me ves arrepentido porque realmente lo estoy. Sería maravilloso no equivocarse; sin embargo, así somos, tan imperfectos, tan inmorales, tan humanos, demasiado humanos. Y no importa cuanto me arrepienta, seguiré pensándote, seguiré intentando disimular este dolor, así pasen los años, así pase el tiempo, te llevo como esa marca en mi alma, como esa flor que nunca floreció. Pienso que dejarte en el olvido tal vez pueda ser una manera de disculparme, pero la verdad lo he intentado y no puedo. En tu memoria escribo, pequeña flor, pequeño pájaro, sencilla estrella, dulce espera, suave caricia, sonrisa eterna, en tu memoria escribo para decirte que aquí estoy pagando mis penas, sintiendo que a veces no puedo más y me dan ganas de ir a buscarte, no lo voy a negar, quisiera ir a buscarte, donde estés, allá donde algún día iré a buscarte, a pedirte de rodillas que me perdones, que me entiendas, que no sabía lo que hacía. Mientras tanto iré al mar mi pequeña golondrina, ahí te miro, porque sé que me escuchas y prometo volverme valiente aunque sea imposible, lo voy a intentar. Perdóname la tristeza, pero la tenía en la garganta y pues las manos tenían que soltarla en medio de la brisa que hoy me ha llenado. Igual, he encontrado formas de lucharte, he encontrado formas de remediar mis errores, pero de todos modos no puedo detener la lluvia, me ha vencido y aquí me tienes otra vez. Ha sido suficiente por hoy, cierro los recuerdos y prometo hacer algo, no ir a buscarte sin antes haber hecho algo de lo que seguramente estarás orgullosa. Estoy roto pero aún sirvo, aún de mis manos sale humo y salgo por las noches a mirar las estrellas. Algo más puedo, podré hacer en tu memoria.