Recientemente, el Perú ha sido escenario de una serie de manifestaciones en contra del currículo escolar que el Estado peruano ha implementado este año. Las manifestaciones están en contra de algunas cuestiones que este nuevo currículo plantea. La frase del citado currículo, que ha sido la más cuestionada, refiere:
"Todas las personas,
independientemente de su identidad de género, tienen el mismo potencial para
aprender y desarrollarse plenamente. La Igualdad de Género se refiere a la
igual valoración de los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades
de mujeres y varones. En una situación de igualdad real, los derechos, deberes
y oportunidades de las personas no dependen de su identidad de género, y por lo
tanto, todos tienen las mismas condiciones y posibilidades para ejercer sus
derechos, así como para ampliar sus capacidades y oportunidades de desarrollo
personal, contribuyendo al desarrollo social y beneficiándose de sus
resultados." (Currículo Nacional de Educación Básica, pág. 16, disponible: http://www.minedu.gob.pe/curriculo/)
De un lado, quienes se
encuentran contra estas disposiciones del currículo, (básicamente sectores de
corte religioso y conservador agrupados en el movimiento “con mis hijos no te
metas”), afirman que las disposiciones antes transcritas contienen ideología de
género y por tanto deben ser rechazadas. Por una serie de cuestiones muy
variadas; pero que voy a resumir solo en dos, en función de su importancia: a)
la cuestión natural: el ser humano nace o hombre o mujer; y, b) la cuestión de
protección de la niñez: permitir que estas disposiciones se apliquen y se
difundan a los niños puede generarles confusión y distorsionar su natural
desarrollo sexual.
De otro lado, el Estado
representado por la ministra Marilú Martens (Ministra de Educación), refiere
que no existe la ideología de género y que en todo caso lo que hace el currículo
escolar, es promover la igualdad y el respeto.
Mi opinión al respecto,
es, absolutamente contraria al movimiento “con mis hijos no te metas”; y es, solo,
en alguna medida (la terminológica), irrelevantemente, contraria a la Ministra
de educación. Mis fundamentos son los siguientes.: 1) Es falso, que solo exista
el sexo masculino y femenino, o hombre o mujer. Desde hace cientos de años, la
naturaleza nos ha mostrado, que existen personas que biológicamente nacen con
un pene y una vagina a la vez (son los mal llamados hermafroditas); es decir, tienen
ambos órganos sexuales. ¿son hombres o mujeres? Pues ni uno de otro, son seres
humanos igualmente y por tanto su reconocimiento y respeto es necesario. No
entro al debate sobre la homosexualidad, porque me parece que este ejemplo
desmonta ese arcaísmo rígido: hombre y mujer. 2) Pensar que los niños, no
entiendan que respetar a las personas independientemente de su género o sexo,
es también una cuestión que refleja el estatus de los niños en nuestra sociedad.
Los niños son considerados como incapaces. Son considerados como tontos, como
seres cuya opinión no cuenta. Yo tengo una visión optimista y pienso que los
niños podrían entender fácilmente algo tan básico como el respeto. Tal como
está formulado el currículo, no implanta una forma de concebir el mundo o una
explicación en defensa de determinada orientación sexual; sino, simplemente el
respeto y la igualdad independientemente de cualquier característica y eso lo
puede entender un niño. 3) Tampoco estoy totalmente de acuerdo con la ministra
Marilú Martens cuando dice rotundamente, que no existe la ideología de género
en el currículo. Estoy de acuerdo, con que no existe la defensa de la ideología
de género, pero sí el uso de un término ideológico. El término género tuvo su
origen en la segunda mitad del siglo XX, en el seno del movimiento feminista, y
en todas sus variantes y formas de estudiarlo y explicarlo, como la perspectiva
de género y la ideología de género. Es una construcción teórica (género),
definitivamente creada y usada por el feminismo para poder sustentar sus demás
tesis. Por tanto, existe el uso de un término ideológico que permite resaltar
que existe un determinado sector vulnerado (he ahí la justificación de su uso);
pero no la defensa de la ideología respectiva. En el currículo escolar, no hay
la defensa del feminismo o de una determina opción sexual. Esto es muy importante
de tener en cuenta. Usar un término o una categoría ideológica no es algo
negativo, si se hace en las condiciones adecuadas y con la suficiente apertura
y diversificación. Veamos, por ejemplo: el Estado peruano actual, como tal, es
una mixtura ideológica, donde predomina una respecto de otra: el liberalismo
sobre el socialismo. La ideología está en todos lados. La religión católica
está en las escuelas. Yo recuerdo, que en la escuela, me enseñaron un curso de
religión, donde no enseñaban una pluralidad o diversidad de religiones, sino
solo la católica. ¿Es eso neutro? ¿Acaso eso no es ideológico? Los términos
igualdad y libertad, también son ideológicos, pero obviamente, los hemos asumido
como válidos sin abrazar un liberalismo extremo o el comunismo. Creo que existe
un límite para el uso de los términos, existe un punto, en el cual se puede
convertir en un uso hacia la defensa y parcialización de determinada ideología (como
pasó y sigue pasando en las escuelas con la religión católica, cristiana), que
en mi opinión no sucede con el currículo escolar. En el currículo, no hay una
defensa del feminismo ni de alguna orientación sexual tendiente a incentivarla.
Lo que hay es una defensa de la igualdad basándose en el uso de una categoría
ideológica muy útil, como es el género, para resaltar y proteger un sector
poblacional vulnerado, marginado, objeto de bullying, etc. Es por eso, que, no
veo una defensa ideológica parcializada del Estado en relación con la ideología
de género; pero sí lo veo en el caso de la religión católica.