martes, 1 de noviembre de 2016

Empiezo a sentir que algo se diluye en ti, cuando algo se cristaliza en mí. Son las ironías del destino o simplemente las leyes de la vida, el círculo que nos regresa lo que hicimos. Pero bueno, estoy dispuesto a afrontar lo que venga o lo que no venga, lo que inicie o lo que acabe. No suelo hacer dramas públicos cuando el amor se va no obstante la procesión fúnebre la llevo dentro, la oscuridad crece como una flor marchita en mi semblante y mi yo se ahoga en un océano de aislamiento que por cierto tiempo llego a disfrutar. Pero no importa, igual sigo caminando, buscando algo que suelo perder cuando lo encuentro y que encuentro cuando lo pierdo. No importa me digo a mí mismo, porque en el universo paralelo que vivimos tiempo atrás fuimos felices, fui feliz y tú también, y eso es lo único que importa, haber sido, haber logrado ir contra todo y contra nada, por esos pequeños instantes de dulzura que juntos compartimos. Creamos un mundo que nunca se va a extinguir. Llegamos a la cima de la montaña caminando de la mano, conseguimos lo que quisimos; y así sea tiempo de descender y dejar que sigas tu camino, lo voy a aceptar porque soy un soldado pacífico, un cobarde que quiere ser valiente, un llorón sin lágrimas, un tonto inteligente que sabe aceptar el curso de las cosas cuando no debe aceptarlas. Así es. Es así como muere lo que iba a nacer. Es así como aquella espina que una vez se hundió en mi pecho brota y se extiende lentamente por cada fibra de mi cuerpo y me amarga y me pesa.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Despedida

Venimos a ser parte de una historia
canta Lyran Roll en la fúnebre letra de barco azul.
Y es cierto, tú viniste para ser parte de mi historia.
Llegaste a mi vida, niña y tímida,
envuelta en pelos y ternura.
Tus unísonos ronroneos
fueron más que las palabras
mucho más, porque no significando nada
significaron tanto.
Fue fácil quererte, calaste en mi alma por tu fragilidad
y por ese deseo obsesivo de perseguirme.
Te hundiste en mí
Hundiendo tus blandas garras en mis piernas
Como si enterraras algo
Como si guardaras un poco de ti en mí.
Pero,
así como llegaste, sigilosa,
te has ido, dejando tantos recuerdos
y tanta distancia entre nosotros.
Asechaste muy bien a la muerte
la atrapaste en tus blancas fauces
y ahora la llevas contigo, devórala
juega con ella y dile mi nombre.
Cuando llegue la hora tu cuerpo inmóvil
estará jugando cerca de mi cariño
Y tu lomo suave sentirá mis manos en la eternidad.
Hasta pronto.

miércoles, 30 de marzo de 2016

Diálogo II



- Estoy en un lugar lejano, la gente me parece tan indiferente. Son como sombras que pasan. Lo único que me detengo a ver son los árboles desnudos por el invierno. Es notorio cuando empiezan a vestirse de verde y llenarse de flores, a medida que el frío de Madrid retrocede. Me gusta el cielo de Getafe y lo desiertas que son las calles los domingos por la tarde. Este lugar me gusta más porque estoy solo.
- No estás solo, yo estoy contigo. Desde siempre, desde antes que aparezcas, siempre estuve contigo.
- Lo sé. Te llevo en mi alma. Eres esa invisibilidad tangible y poderosa. Esa hoguera que mueve mis anhelos. Pero ¿por qué desapareces por tanto tiempo y luego caes como una bomba atómica para destruir todos mis planes y volverlos a crear con la belleza de un horizonte inalcanzable?
- Porque soy la poesía.

viernes, 26 de febrero de 2016

Eielsoniano, yo.




Yo soy tan sólo un árbol
que camina, un animal que florece
una piedra que sonríe
y la humilde rana que canta junto al río
canta también junto a mi pecho.

Jorge Eduardo Eielson