sábado, 13 de octubre de 2012

Del desvirgador fracasado

Quiero brindar por el desamor y el estiércol que se parecen mucho, ¡salud hermanos!. Hace poco la bella Milena de 18 angelicales años me besó y me hizo saber que aún tengo el corazón cursi de siempre; pero justo hoy que el cielo está lleno de estrellas, justo hoy me dijo que tiene una relación de 3 años con otro imbécil y que lo nuestro no funcionará. Cuando me lo dijo sentí lo mismo que ahora siento: mi corazón llenándose de nada, como si un agujero negro creciera dentro de mí y el vacío infinito me absorbiera con ferocidad. Por eso brindo como llamando a la poesía, mi amor incondicional. El frío de la noche y del alma me sacuden levemente. La tristeza me tumba en la mesa y un poco de mis lágrimas y del alcohol de mi vaso, se derraman y se mezclan. Sufro pensando que esos muslos y esos senos tiernos y blancos serán de otro. Otro será el propietario y el explorador de esos surcos de ensueño llenos de miel. Otro besará esos labios rosados maravillosos que me llevaron al cielo. Otro hijo de perra tocará aquel cabello castaño y rizado que yo toqué con adoración. Otro que no soy yo, se casará con ella sólo para follarla día y noche hasta que se haga vieja. Otro que no soy yo, dejará de amarla.