El tiempo es un tsunami
que nos arrastra
a tres por diez a la ocho
miserías alegrías odios amores miedos
por segundo
sobre una cresta gigante de caos y espuma
que inexorablemente arrojará
nuestros cuerpos entumecidos y envejecidos
al abismo insondable de la muerte
donde va a parar la nada
y donde las flores ya ni apestan.